Caminar por los senderos costeros de la Riviera de Liguria significa estar constantemente rodeado de belleza: terrazas de viñedos con vistas al mar, olivares moldeados por siglos de cuidado y estallidos de flores silvestres enmarcados por el profundo azul del Mediterráneo. En el interior, los frescos bosques de pinos y castaños invitan a reducir el ritmo y descubrir otra faceta de Liguria.
Tu viaje comienza con la icónica caminata hacia la apartada Abadía de San Fruttuoso y la glamorosa localidad costera de Portofino. Desde allí, un corto trayecto en tren te lleva a los encantadores pueblos de Bonassola y Monterosso, la puerta de entrada a Cinque Terre. Estos cinco pueblos pesqueros, suspendidos como joyas de colores sobre imponentes acantilados, te conducen hasta la última perla de la Riviera: Portovenere. Aquí, para terminar tu aventura de forma perfecta te esperan un plato de especialidades locales y una copa de vino blanco bien frío, disfrutados en un café junto al mar mientras el sol se pone sobre el horizonte.