Bienvenido al país de los campos de cultivo: cada año, de marzo a mayo, los arrozales inundados crean un paisaje único, con el agua reflejando los Alpes en los días despejados. Así comienza tu recorrido por la Via Francigena desde Ivrea, un tramo lleno de calma y horizontes amplios.
Independientemente de la época del año, siempre hay algo que admirar: garzas y garcetas serán tus compañeras de viaje mientras paseas junto a los canales de riego y entre las orillas de los ríos Sesia y Ticino.
Tu destino es Pavía, una joya de ciudad francígena: histórica y contemporánea al mismo tiempo, con una riqueza cultural poco común y un ambiente vibrante. La ciudad, sede de una prestigiosa universidad, late al ritmo de sus estudiantes que llenan las plazas y las calles adoquinadas del casco antiguo.










